“Si existiese una tumba, si la hubiese, si su cuerpo no formase parte de esa inmensidad de cuerpos acribillados y mugre que es el Río de la Plata, en la lápida de Rodolfo Walsh bien cabría el epitafio: Nadie podrá dudar cuánto he luchado”.
Veinticinco años sin Rodolfo Walsh, de Carolina Broner.