Dicen que en España nadie se mueve para buscar un trabajo, y las estadísticas de movilidad laboral entre comunidades autónomas parecen confirmarlo. Sin embargo, una año más, vuelve a ocurrir que “miles de jornaleros andaluces se marchan a la vendimia francesa, donde trabajan durante toda la campaña de recolección de uva”. ¿Cómo se explica entonces esta migración laboral de campaña?.
Manuel Pimentel se pone a ello, y atisba “dos razones muy claras. Una, porque la diferencia de salario todavía les sigue compensando, y dos, porque estas campañas están organizadas en un ejemplar ejercicio de intermediación laboral” en el que el protagonismo de las organizaciones sindicales es más que evidente.
Empleo y movilidad geográfica revisa algunos de los hechos que evidencian y contradicen la afirmación con la que iniciaba este comentario, como la huida de la mayoría de la población joven de las zonas rurales y la concentración de jóvenes profesionales en las grandes ciudades. Desaparecidos los principales alicientes para la movilidad, o sea, ventaja salarial y acceso a vivienda, Pimentel plantea el interrogante sobre el papel de la intermediación laboral. Echo de menos la falta de interés por experimentar, conocer y convivir en otros entornos culturales entre los elementos explicativos ofrecidos en el artículo.