La tesis de
José Luis Meilán Gil es sencilla: la elección de Aznar como lider del partido popular ha venido a corroborar la buena marcha de la democracia española, siendo en el ámbito particular del partido un elemento de cohesión y afianzando el pluralismo en España: ” Después de otro intento fallido, la designación de Aznar como líder del Partido Popular ha sido, en sí mismo, otro acierto. Ha contribuido a la consolidación de un partido de ámbito estatal que ha hecho real la alternancia en el poder, esencial en un sistema político que se caracteriza por el pluralismo.
La consistencia actual del partido en el Gobierno se forjó primero en la oposición, en la que también su presidente se ha curtido parlamentariamente. Su relevante aportación ha sido hacer verosímil aquella alternancia. Primero manteniendo el suelo de elección en elección. Después, elevando el techo que parecía inalcanzable.” Obviamente no estoy de acuerdo. Aznar ha dado al PP la cohesión que otorga la disciplina y el silencio y ha desestabilizado el resto del país bajo la batuta del
singularismo que otorga la mayoría absoluta.
El acierto Aznar.
2003-08-12 12:33 ¿Y en qué ha desestabilizado al país, exactamente?
2003-08-12 16:41 Si te parece poca desestabilización la del último año, te hago un pequeño resumen: huelga, manifestaciones multitudinarias por todo el país (con records de asistencia), tema vasco: nunca estuvo peor, ni tan polarizadas las posturas, ni tan enervados los ánimos de todos los nacionalismos. Nunca hubo tantos insultos bajos entre partidos, ni tantas acusaciones. Podría seguir (seguridad, guerra…), pero hace demasiada calor :) Saludos.
2003-08-14 13:12 ¿Y eso lo ha provocado el PP o la oposición? Que yo sepa, Aznar no ha apedreado las sedes de los partidos ajenos. Me da la sensación de que buena parte de la izquierda de este país está por crisparse para echarle la culpa a Aznar. Y sí que tiene la culpa en cierto sentido… por su causa la izquierda está cada vez más lejos del poder. En cuanto al tema vasco, quizá halla qe recordar que estamos en un récord (por lo bajo) de atentados y asesinatos terroristas. Que ya no hay Batasuna que valga. Y que la crispación está provocada porque, por una vez, no se les da a los nazionalistas lo que piden. Gracias a Dios.
2003-08-15 03:20 Esperaba otro argumento de más peso, francamente: decir lo de las pedradas me parece sacar los pies del plato. Ni la oposición, ni la inmensa mayoría de los que se manifestaron en la calle en las sucesivas marchas contra las (digo bien: LAS) sucesivas políticas del gobierno Aznar, arrojan piedras o queman sedes, sólo un grupo de energúmenos que, por cierto, le vino muy bien a Aznar y a su lacayo Arenas para meter a todos en el mismo saco (y, por lo que se ve, colea hasta el día de hoy), en una de las innumerables muestras de desprecio por los ciudadanos que salen a la calle. ¿Quieres más ejemplos? El negarse sistemáticamente a dar explicaciones al Parlamento por sus decisiones más polémicas, como dar apoyo a una guerra ilegal; el cada vez más frecuente manejo del secretismo, por ejemplo en los envíos de soldados a Iraq, que se hacen incluso impidiendo que sus familiares se puedan despedir de ellos. O la aprobación mediante el “rodillo” (término inventado por los populares, curiosamente) de leyes, mediante el muy democrático proceso de “primero la aprobamos, y luego igual la debatimos”. O el insulto diario y sistemático a todo lo que huela a nacionalista, aunque sea colateralmente. O la patrimonialización de una Constitución a la que en su día se opuso frontalmente, y que ahora pretende se convierta en una Ley monolítica, y si alguien menciona siquiera la posibilidad de cambio, ya se le acusa de poner en peligro la unidad de España, de fomentar el terrorismo y, si se tercia, del agujero de la capa de ozono… Desde hace un par de años, no he escuchado o leído un sólo discurso de Aznar en que no lance palabras de desprecio a sus adversarios políticos, y creo que nadie ha ensuciado tanto el debate y la vida política como José María Aznar: primero con su forma de hacer oposición, y después desde la poltrona monclovita (¿el “síndrome Moncloa”, como lo llamaba Martín Ferrand? Quién sabe). Me temo que aquí la oposición tiene poco que ver, es algo que se lo ha ganado Aznar a pulso, él solito, hasta el punto de que incluso columnistas de derecha lo mencionan día tras día en sus escritos: esas no son formas de estadista. Y por favor, el argumento de las piedras no sólo está muy manido, sino que es un insulto a los millones de personas que se manifestaron pacíficamente, a pesar de que fueron (y se ve que siguen siendo) ninguneados por uno de los presidentes más endiosados del mundo democrático. Por muy bien que vaya la economía (algo que, por lo demás, también sería discutible) Un saludo.