Mario Roberto Morales escribe sobre España para sus lectores guatemaltecos: “Hay que admitir que a menudo uno tiene la impresión de que ofende a los baristas españoles cuando les pide un café y que a veces su gruñido de buenos días nos suena como a regaño. Pero el hecho de que el concepto de “atención al cliente” aún no haya invadido las conciencias españolas y que su espontaneidad gritona y brusca fluya todavía sin las cortapisas del clientelismo, es una bendición no sólo para los españoles sino también para algunos turistas como el gringo prepotente de Segovia y algunos otros que pagan con dólares y hablando en inglés, arriesgándose a que les respondan en castellano que la casa de cambio no es allí. Cunde entonces el hermoso desconcierto de quien cae en la cuenta de que no es dueño del individuo que, a pesar de estar embutido en un traje de mesero, lo manda dignamente al cuerno en un idioma incomprensible.”
Cuestión de gustos.
2003-08-10 16:43 Me llamó la atención: [...] junto a los asesinatos pasionales de mujeres por amantes, maridos o novios resentidos. ¡Qué benévola o lejanamente comprensiva me suena esta afirmación! De España no me gustan sus insufribles doblajes cinematográficos.[...] los giros idiomáticos son de un localismo intragable. Supongo que como cualquier doblaje de una película destinada al público de un país particular. Intragable para un Español (¿o no tanto?) resultaría ver Hulk doblada en Puerto Rico o Méjico. Saludos.
2003-08-11 12:15 Fresco y gratificador. La vision de nuestro pais, por un giri amenudo suena fresca, se fijan en cosas que nosotros damos por hechas y eso siempre ayuda. Gratificante en el sentido, entre digno y descarado, de las criticas que suenan entre leves, por comprendidas y alavanzas, segun se mire. El otro dia decia otro guiri, en una tertulia de periodistas guiris, que le gustaba Madrid por que todavia tenia algo de pueblo, al quinto dia que vas al mismo bar y pides el mismo cafe, el camarero ya te habla del tiempo, el madrid o del trafico como si teconociera de toda la vida y eso en una ciudad de la magnitud de Madrid, no es muy normal. Pero no es un caso aislado el de Madrid, en el resto de España ocurre lo mismo y es que lo criticable y lo loable suelen coincidir en el mismo objeto de observacion.