En España no se cumple eso del Estado laico, o sea el mercado libre de las religiones. En México se ha cumplido durante décadas. En los últimos años, la Iglesia católica ha estado haciendo lobby para que la dejen entrar en las escuelas. Carlos Martínez García: “La Iglesia católica tiene que aprender a lidiar por sí sola con sus adversarios ideológicos. El diagnóstico que hace de la sociedad mexicana como alejada de las enseñanzas eclesiásticas es, sin quererlo, una confesión del fracaso de la propia institución, que no ha sabido retener en su seno a los millones de ciudadanos que supuestamente conforman su feligresía. Culpar a otros de una incapacidad propia puede ser un buen bálsamo autorrecetado, pero es evadir el fondo de la cuestión. Hoy es necesario ganarse la legitimidad en las conciencias de los adeptos, no acorralarlos con la ayuda de instituciones públicas.” La incapacidad de la persuasión moral.
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Hubo un artículo en la Constitución mexicana (hoy revocado) que, como el estado no daba un estatus epecial a la Iglesia, y los miembros de ésta juraban fidelidad absoluta al Papa, considerado por el estado mexicano jefe de un estado extranjero, negaba a los curas el derecho al voto.