Lorenzo Contreras: “Al tiempo que se extienden las encuestas y sondeos sobre la identidad del sucesor de José María Aznar en la candidatura a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales de 2004, la sensación de que el titular del Ejecutivo guarda en su cartapacio de secretos alguna mayúscula sorpresa sobre la elección que habrá de determinar el famoso “dedazo”, gana adeptos en el mando de los pronósticos.” O sea que nadie tiene la más mínima idea. Si esto fuese el Reino Unido, podríamos ir a un bookie y apostar, lo haría todo más divertido y le quitaría algo de hierro al déficit democrático implícito en el dedazo, esa fórmula que tanto éxito, y durante tantos años, tuvo en México.
Aznar traza el retrato robot de su sucesor.