Javier Armentia analiza primero las últimas declaraciones del Vaticano denostando los matrimonios entre homosexuales y la posibilidad de que adopten niños y después ataca: “Nocivos e inmorales son, ellos, para una sana sociedad democrática. Y los que siguen los dictados de esa gentuza (de esos hijosdeputa en el sentido estricto del insulto castellano) son cómplices, son culpables, son no menos gentuza si no se levantan y expresan a sus jerarquías que las cosas no deben ser así. Por mi parte, no puedo considerar ahora a ningún católico apostólico y romano como demócrata, en tanto no exprese patentemente su desacuerdo con esta política vaticana.” Duro, muy duro. Pero más duro resulta la humillación y el no reconocimiento de los derechos humanos y civiles por parte de la Iglesia que, en mi opinión, sigue siendo un órgano represor, inquisitorial, manipulador y manifiestamente NO democrático en sus estructuras.
Gentuza.