El columnismo como desfogue. El turismo como último recurso de los imperios caídos.
José Luis Alvite se desahoga y nos llama decadentes. “Extinguido el catastro imperial con la pérdida de Cuba y de las Filipinas, el país inició una tenaz decadencia emocional seguida de una desidia científica e industrial que se redondea en los últimos años con el desmantelamiento de la industria pesada y su sustitución monográfica por la industria turística. La ingeniería ha sido drásticamente reemplazada por la hostelería y en nuestros suburbios ya no hacen sombra las factorías sino las sombrillas de los moteles.” Yo no me preocupo demasiado. Aquí estoy, al calor de mi cpu, echando un vistazo por el mundo.
Esplendor y alfarería.