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“El país” de pago a examen

Yo no he vuelto a entrar en elpais.com desde que se convirtió en periódico de pago. Es más, desde entonces lo compro mucho menos en su edición en papel —ya había descendido notablemente mi fidelidad en los últimos años— porque he descubierto otros que voy alternando según el día de la semana: El Mundo, La Voz de Galicia, La Vanguardia e incluso La Razón. Según el análisis que hace Eduardo Manchón el mío no es ningún caso especial: “El New York Times, Washington Post o Usa Today por ejemplo solo cobran por usar el archivo. Esta estrategia evita el riesgo de que los lectores se acostumbren a leer otros periódicos en Internet y se pasen también a su edición en papel.” QUejas por el diseño, la usabilidad y la dificultad para suscribirse son otras de las muchas críticas que se hacen. “El país” de pago a examen.
Marcos Taracido | 01/08/2003 | Artículos | Medios de Comunicación

Comentarios

  1. Otis B. Driftwood
    2003-08-01 13:31 Me ha parecido un análisis excelente, tanto el artículo central como los que le acompañan y que se referencian al final. Yo leía El País a diario por internet. Entero, de cabo a rabo. Desde que lo hicieron de pago no leo más que los artículos de opinión que aparecen en Periodista Digital, porque sigo siendo de la opinión de que es El País quien tiene los mejores columnistas, y ya no hablo del fondo de sus artículos, sino de la forma y el estilo al escribirlos (sólo encuentro algo parecido en La Vanguardia y, en menor medida, en El Correo). Pero la versión de pago del diario digital me ha parecido uno de los mayores patinazos de Polanco, pues como bien dices, no sólo ha borrado de un plumazo a miles de lectores sino que además la edición impresa está perdiendo adeptos por incesante goteo. Resulta bastante extraño que un medio como El País, tan pionero en otras cosas, se haya “vuelto del revés” en algo tan importante como las ediciones digitales. Para mi gusto, el modelo del New York Times sigue siendo el ideal: acceso a la edición del día, salvo ciertos contenidos de valor añadido, y pago por las noticias de archivo. Soy incluso partidario de un registro previo, a modo de fidelización, ya que a la empresa estadísticamente le puede resultar muy útil a la hora de definir sus contenidos. En el caso del NYT, el registro incluye algunas preguntas referentes a gustos personales y cosas así, pero hasta la fecha no me ha llegado ni un sólo correo electrónico ni del NYT ni de empresas asociadas, ni que pudiese haber obtenido la dirección a través del periódico, exactamente tal y como indiqué. El caso de “El Mundo” es muy representativo: ha aumentado espectacularmente su número de lectores, en especial desde que El Pais es de pago, incluyendo muchos que quizás ni se hubiesen planteado comprar la edición impresa. Ello ha redundado, en mi opinión, en una oscilación (¿moderación?) de la línea editorial que, a su vez, le está haciendo ganar más lectores todavía. Y ello sin cambios bruscos en su diseño ni alardes javascrípticos. Un interfaz sencillo, fácil de leer y de actualización rápida y constante. Tanto es así que se ha convertido, por ejemplo, en principal fuente de referencia de los weblogs españoles. Hay una cosa del artículo con la que no estoy de acuerdo, y es que dice que un servicio de pago no debería tener publicidad; esto en la prensa no es cierto, pues la publicidad sigue siendo la principal fuente de ingresos de cualquier medio de comunicación escrito (de hecho, su columna vertebral), sea o no de pago. A nadie se le ocurriría decirle a la empresa editora “mire usted, ponga publicidad sólo a los diarios que vende a bibliotecas, empresas u organismos públicos, pero quítemela a mí, que ya le estoy pagando un euro por el diario”. Vale que la edición digital sea más barata de publicar y de mantener, pero sigue siendo carísimo mantener todo un equipo de columnistas, redactores, reporteros, fotógrafos, informáticos, etc., etc, y eso no se paga sólo con las cuotas de suscripción (que también son más baratas que para la edición impresa, hay que decirlo). Y ya me he vuelto a enrollar :) Saludos.
  2. JR
    2003-08-01 18:36 Me he sentido identificado en el artículo desde la primera hasta la última palabra. Yo prefería la edición digital de El País miles de veces a la antigua de El Mundo. Una mala política de diseño y gestión y, a pesar de los esfuerzos en continuar más o menos enganchado con la suscripción gratuita, tenía una absoluta sensación de maltrato por parte de los responsables de la página, de no importarles nada mi fidelidad. Actualmente me alegro de haber dado el paso a la lectura de otros diarios, con todo lo que eso enriquece (aunque La Razón y Libertad Digital todavía se me resisten), pero sigo lamentando el tropiezo monumental que ha dado El País, aún más cuando podrían haber continuado con mínimas variaciones su anterior modelo, si lo que querían era mayor rentabilidad. Por de pronto, mi diario digital favorito es El Periódico de Cataluña, que tiene una edíción cómoda de navegar, aunque no me atraigan tanto sus columnistas. Pero para eso ya tenemos a Periodista Digital, ¿no? ;) Página a la que deseo larga vida. Un saludo.
  3. Marcos Taracido
    2003-08-01 23:48 Hola, fieles lectores. En mi opinión el primer gran error de Polanco fue olvidarse de que El País era un grandísimo periódico; se decantó por el lucro y el monopoliio y fue derivando el periódico hacia una linea editorial partidista y poco objetiva, y publicitaria. Aún así, estoy de acuerdo con que tiene los mejores columnistas, en general: para algo tiene dinero, ¿no? Saludos.

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