Paul Krugman: “Y ya que hablamos de patriotismo, veamos el caso de la esposa de Joseph Wilson, el ex embajador enviado por la CIA a Nigeria a investigar el supuesto intento iraquí de comprar uranio. Recientemente, Wilson dio a conocer los resultados de su investigación. Desde entonces, los aliados del gobierno han procurado desacreditarlo. Es un tema desagradable, pero con una sorpresa irónica. El columnista Robert Novak y la revista Time coinciden en que funcionarios del gobierno les expresaron su creencia de que Wilson había sido elegido por influencia de su esposa, a la que identificaron como agente secreta de la CIA.
Reparemos en que, de ser cierto esto último (su marido se niega a confirmarlo o a desmentirlo), funcionarios del gobierno de Bush han revelado la identidad de un agente secreto. Da la casualidad de que ése es un acto delictivo y evidentemente antinorteamericano. Pero entonces, ¿por qué habrían de hacer semejante cosa? En parte, quizá, para castigar a Wilson, pero también para enviar un mensaje.
Y eso debería alarmarnos. Acabamos de ver cómo una inteligencia politizada y “cocinada” puede perjudicar los intereses nacionales. Sin embargo, el caso Wilson indica que el gobierno piensa seguir presionando a los analistas para que le digan lo que él quiere oír.”
Y ahora, ¿quién no es patriota?