Adoro los plátanos. Ahora, que tengo mayor autocontrol, domino mi impulso de comerlos glotonamente, pero cuando era más pequeño los comía por manojos, y en mis días de exilio universitario no pocas veces fueron mi único sustento.
Javier Armentia escribe sobre su historia y usos y sobre los proyectos de secuenciación del genoma y de su conservación: “Hay varias especies del género Musa que se emplean por todo el mundo no sólo como fruta, sino también como alimento, pasta, también su harina molida, piensos, e incluso, sus hojas se utilizan como envoltorio para ciertos guisos, como los tamales. Se calcula que actualmente la producción mundial asciende a unos 100 millones de toneladas, lo que equivale aproximadamente a unos 80 plátanos por cada habitante de este planeta.”
La fruta maravillosa.