Juan Antonio Aguilera Mochón escribe un divertidísimo, cabreadísimo y doctísimo artículo sobre la invasión de la asignatura de religión del sistema educativo, que se iguala en importancia a las ciencias y las letras: “Con todo, seguramente no me lanzaría a argumentar públicamente contra la irracionalidad religiosa si no fuera porque estoy convencido de que puede y suele tener efectos muy nocivos en el desarrollo intelectual y moral de los niños. En cambio, abatir el espíritu crítico racional es la mejor manera de desactivar la posibilidad de rebelión ante las fuerzas sociales y económicas dominantes. Nuestras máximas autoridades públicas y nuestra integrista Iglesia lo tienen claro. Quieren niños crédulos y dóciles, ciudadanos sumisos, así que ya está bien de tanto pensamiento riguroso, tanto pedir pruebas objetivas o intersubjetivas, tanto usar la razón…”
La nueva ciencia [*pdf].