Aunque yo no estoy seguro de que la Ley del Menor sea tan buena, Manuel Marlasca opina que sí, pero que es de imposible cumplimiento si no se crean las infraestructuras y medidas adecuadas: “Y difícilmente se puede rehabilitar a menores delincuentes sin las infraestructuras para el tratamiento ambulatorio, para los arrestos con tareas de fin de semana, para la libertad vigilada, para internamiento en régimen abierto, semiabierto o terapéutico. Y todo ello son medidas rehabilitadoras contempladas en la Ley, pero prácticamente de imposible cumplimiento.” Y más de lo mismo pasa con otras tantas leyes maravillosas y mágicas que se aprueban y nunca se pueden llevar a cabo plenamente porque todo se queda en letra impresa que no es apoyada por la estructura necesaria para su realización. Todavía la Ley del Menor.