Ya dije más veces que estamos convirtiendo a nuestros hijos en analfabetos funcionales. Las sucesivas reformas educativas van primando los saberes superficiales, el mínimo esfuerzo, el todo vale. Es, en el fondo, el producto de una sociedad que se aleja a pasos agigantados del humanismo, del conocimiento: “Hay una tendencia antiintelectual y antihistórica en nuestro mundo actual; y la enseñanza, cuyo cometido principal era formar hombres capacitados para ese cometido, abandona esa misión. O, mejor, la reserva para los especialistas, aislados de los demás y aislados entre sí, conocidos, sobre todo, cuando logran avances prácticos o útiles, o resultados espectaculares, a ser posible con un aliciente visual.”
Francisco Rodríguez Adrados,
No sólo el aquí y el ahora.