Silvina Ocampo, escritora que empieza encontrar nuevos lectores, que durante tanto tiempo estuvo a la sombra de Borges y Bioy Casares, en sus textos (como en los de los otros dos) se nota ese placer por el idioma que es más común en los escritores ingleses que en los españoles.
Edgardo Cozarinsky: “En las preguntas Silvina hallaba espontáneamente un tono entre ingenuo y pérfido, un modo de interrogación donde me parece descubrir una clave de su literatura, acaso su método. Una tarde, en el laberíntico departamento de la calle Posadas, hoy convertido en leyenda por la múltiple ausencia de quienes lo habitaron, recuerdo que me dejé llevar por un exceso de vehemencia juvenil a decir, ya no sé de quién, que me daba asco. Silvina me miró fijo durante un instante y luego murmuró: ¿Y no te encanta que te dé asco?”
La ferocidad de la inocencia.