La situación del continente africano tras la descolonización es lamentable: sin infraestructuras, sin gobiernos y con los conflictos étnicos surgiendo a borbotones a consecuencia de la mezcla y partición aleatoria del territorio. Ahora se habla de Liberia. El artículo de Juan Carlos Galindo,
Liberia: Miedo y esperanza en medio del caos, sirve para conocer la situación actual y sus antecedentes, así como la doble moral del gobierno de Estados Unidos y de la Unión Europea, Francia a la cabeza: “A pesar de los llamamientos del Secretario General de la ONU, Koffi Anan, ni Estados Unidos ni la Unión Europea reaccionan. Los estadounidenses, se mueven en la indefinición y la incertidumbre y se muestran poco dispuestos a desplazar una fuerza de paz. Y ello a pesar de sus lazos históricos con este país africano: creado en 1847 por esclavos liberados procedentes de Estados Unidos, su capital recibe el nombre del quinto presidente de estadounidense, Monroe. Es más, durante la Guerra Fría Liberia fue un aliado de los norteamericanos en la región así como una base esencial para el despliegue de antenas de espionaje y la infraestructura de Radio Liberty.”