Carlos Sánchez Almeida recupera algunas perlas del Catecismo de la Iglesia Católica. “Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen, o también pueden ser referidos a los pecados capitales que la experiencia cristiana ha distinguido siguiendo a san Juan Casiano y a san Gregorio Magno. Son llamados capitales porque generan otros pecados, otros vicios. Son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.” Y desde ahí, atrae nuestra atención sobre la nueva era, recientemente inaugurada en Europa, que parece apuntar al lema de
menos sociedad-red y más canonizaciones.
Las enseñanzas del Diablo arroja puritito sarcasmo.