La programación televisiva es parte o forma parte de la nueva generación de personas que estamos creando entre todos: el homo vano. No se trata de no tener la capacidad de pensar, sino de no necesitar usarla. En la tele eso se consigue con una programación estulta, necia que sólo permite verla desde un estado contemplativo, acrítico y repetitivo: como Sísifo con su roca, puede verse tantas veces como se quiera que no hay desgaste porque no hay roce, no hay rugosidad.
Divertirse hasta morir, de
Fran Araujo: “Bajo esa capa de pasividad se transmiten los valores de la Nueva Economía: el éxito a corto plazo, los valores desechables, las mentiras, el lenguaje pervertido por los intereses, lo libertino y sexual sobre la libertad y el erotismo. Adquirimos esta manera de ser entre risas, porque mientras te diviertes no piensas, así que eres más vulnerable a la propaganda. Huxley vence a Orwell.”
2003-07-31 11:32 Hola compañeros: Soy Fran Araújo, el autor del artículo. Me gustaría saber de qué periódico lo habéis extraido. Me alaga que le haya gustado a alguien. La red es un instrumento infinito. Un abrazo