Volvamos por un momento a Irak. ¿Cómo van las cosas? No conozco ni he leído a nadie que tenga una idea clara, pero parece que empieza a cundir una cierta alarma, en muy poco alejada de las predicciones que se hicieron antes de la precipitada invasión. Alejandro Muñoz-Alonso: “Lo peor es la reaparición con fuerza del fundamentalismo que, sobre todo en la zona chií del sur, se deja sentir con resultados tan alarmantes como la presión para que las mujeres vuelvan a llevar el velo, que con Sadam había desaparecido, y con actos criminales como el asesinato de los comerciantes que venden bebidas alcohólicas. Los líderes chiíes no dejan de recordar que la democracia es el Gobierno de la mayoría, no la imposición de lo que les gusta a los occidentales. Y se teme que la mayoría apoye el islamismo, hasta el punto de que ya se habla de un régimen como el iraní. Una solución que no favorecería la estabilidad que busca EE UU.” Perder la paz.