Una de las películas que más me impresionó cuando estaba en la universidad (que nos dejaba un cine y un pequeño presupuesto para alquilar películas (nada de vídeo)) fue El jardín de los Finzi-Contini, de Vittorio de Sica, basada en una novela de Giorgio Bassani. Fue la llave que me abrió la puerta a la literatura y el cine de la posguerra italiana. La hija de Bassani, Paola, está en Buenos Aires y ha sido entrevistada por La Nación: “En noviembre de ese año, fue asesinado uno de los jerarcas fascistas de Ferrara, Igino Ghisellini. El asesinato de Ghisellini debía ser pagado con la muerte de diez enemigos del fascismo. La madrugada del 15 de noviembre fueron a buscar a mi padre a su casa. No lo encontraron, porque había escapado mucho antes. Los adversarios del régimen fueron llevados delante del castillo estense, en pleno centro de la ciudad. A sus espaldas estaba el foso de la fortaleza; enfrente, una farmacia y el café Fis. Allí fueron eliminados con ráfagas de ametralladora. Ese episodio inspiró a mi padre la nouvelle La larga noche del 43 , llevada al cine por Florentano Vancini. Al principio, papá, escapado de Ferrara, se refugió en Florencia y, por último, en Roma. Llegó a la capital el 6 de diciembre de 1943 con el último tren que entró en la estación. Después la ciudad quedó incomunicada.”
Un poeta herido por la historia.