Todavía no he leído el proyecto de Constitución Europea, pero el proceso deja dudas.
Lorenzo Contreras la llama
una Constitución elitista: “Es curioso la cantidad de semejanzas que el proceso que sirve para elaborar esta propuesta de Carta Magna europea guarda con el proceso de “fabricación” de la Constitución española de 1978, que también fue obra de un grupo de notables en gran medida divoricado de la opinión del ciudadano medio, luego sometido, como tal ciudadano, a la posibilidad de mostrar su aprobación o disentimiento a través de un referéndum.” La Constitución española se aprobó con miedo; no es un mal documento, pero aún tiene aspectos por desarrollar. A ver cómo nos va con la nueva.