Nora Bär establece en
Científicos y futbolistas una comparación entre la fuga de deportistas y la de hombres de ciencia para concluir que es mucho más rentable la primera: “Es una lástima que en Gran Bretaña —y también en la Argentina&mdahs; sean muchos más los que se preocupan por el score de su club favorito que por las tribulaciones de sus científicos. Porque para que la ciencia se desarrolle hay que hablar de ella. En los cafés, en los programas de la tarde, en las reuniones familiares… Para que tengamos ciencia de primera es indispensable el apoyo de la sociedad.” Curiosamente en España exportamos más científicos que futbolistas y desde luego nada hablamos de ciencia.