La Carta de un soldado destinado en Bosnia a su antiguo profesor de lenguas eslavas revela una sitaución incomprensible, caótica y muy lejos de estar normalizada: “En nuestra base tenemos un trabajador de origen serbio, uno de los pocos de su etnia que quedaron en esta zona de Bosnia después de la guerra, durante la cual fue oficial. Pues bien, es posible que tenga cáncer y a pesar de ello se niega rotundamente a ir a un médico para hacerse las pruebas porque según dice ‘no me fío de ningún médico croata’.” Desánimo, incomprensión y crítica.
Carta de un soldado conocido.