“Las mujeres hemos proclamado por años que los personal es político, ahora proclamamos que lo político es personal, que las guerras nos atañen directamente y que nos pronunciamos por un NO a la militarización y a las guerras”. A esa conclusión se llegó en el Primer Encuentro Hemisférico Frente a la Militarización, en San Cristóbal de las Casas, que debatió entre otros aspectos cómo la militarización, el terror y la imposición de una cultura de guerra afecta a las vidas cotidianas, por una parte porque la sóla presencia de militares en las ciudades y pueblos suele agudizar otros problemas ya existentes como el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución, las enfermedades de transmisión sexual y la violencia sexual o doméstica; y por otra, porque son las mujeres quienes se ven obligadas a enfrentar y apoyar emocionalmente a sus familiares, además de tener que buscar soluciones a los problemas de sobrevivencia.
Si lo personal es político, en las guerras lo político es personal.