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Luz, cámara, ¡revolución! Rodrigo Fresán nos cuenta sus impresiones del visionado de
Comandante, el documental de Oliver Stone sobre Fidel Castro, cuyo título creo yo que ya es bastante significativo de por donde irán lo tiros: “Seamos sinceros: Stone es
desde un punto de vista periodístico imperdonablemente complaciente con su investigado. Las preguntas son
en su inmensa mayoría fáciles y obvias; y el rol adoptado por Stone es de una complicidad que, por momentos, molesta hasta al más revolucionario. Aquí
como en tantas otras partes, como en los discursos de Bush florece también esa ingenuidad triunfalista y tan norteamericana a la hora de pensar que el simple sello de Made in USA vuelve automáticamente verosímil hasta a lo más delirante.”