Eso del déficit cero y los desastres ferroviarios, militares y maritimos ya lo habíamos discutido antes en este libro. Pero me parece importante que la discusión pública se vaya desviando del cero en el déficit al cumplimiento de los servicios imprescindibles. Ese cambio de perspectiva, que la oposición, por falta de habilidad, nunca logró podría llevar al cambio en las actitudes del Gobierno: en beneficio de todos.
Enrique Curiel: “El fundamentalismo en torno al déficit cero implica la precarización de los servicios públicos, desde la sanidad hasta la educación, pasando por la seguridad pública y la defensa nacional. José María Aznar ha mentido cuando ha culpado a la izquierda de oponerse al aumento de los presupuestos en defensa. El PSOE propuso incrementar esa partida presupuestaria en 250 millones de euros y Aznar se opuso (...) Tras lo ocurrido en Chinchilla hemos conocido un demoledor informe interno de la Empresa en el que se llama la atención sobre «la degradación de la red ferroviaria que los servicios de mantenimiento preventivo de RENFE no puede controlar» y reclama la inversión urgente de 520 millones de euros para reparar 1.151 kilómetros de vías. Trece accidentes en cinco meses constituye una cifra que descalifica, por sí misma, a los responsables políticos.”
Déficit cero y modernización.