Márius Carol defiende la vigencia del amor frente a las tesis, no nuevas, de Frédéric Beigbeder quién al parecer sostiene en un libro que en esta sociedad de consumo atroz el amor no dura más de tres años. Lo que del libro extracta Carol es fácilmente rebatble por cuanto centra su teoría en la necesidad de novedad sexual, pero sí creo que hay cierta base para decir lo que dice: no es tanto el sexo como la propia tendencia de la sociedad, obsesionada por el cambio, la novedad. Se nos vende una imagen de la felicidad y las relaciones inalcanzable y las parejas tienden a mirarse en ese espejo falso y a buscar en otras personas lo que nunca encontrarán de un modo duradero.
Del amor.
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Del amor
MÀRIUS CAROL
LA VANGUARDIA 06-06-2003
Frédéric Beigbeder escribió un libro titulado 13,99 euros para que lo despidieran de la agencia de publicidad donde trabajaba. Antes había terminado otro que se publica ahora en España con el nombre de El amor dura tres años, con el que consiguió que su mujer lo sacara de casa. Habrá que convenir que Beigbeder tiene una manera muy literaria de resolver sus problemas. Nunca la literatura ha sido tan terapéutica. En pocas ocasiones un libro ha resultado ser de autoayuda para el autor en lugar de serlo para sus lectores. De imponerse la moda, las clínicas de los psiquiatras pueden reconvertirse en talleres de escritura.
El amor dura tres años es autobiográfico y en él sostiene que el mundo actual obliga a escoger entre placer y felicidad, pero empuja a elegir por la primera opción. A juicio de Beigbeder, vivimos en la época del zapeo amoroso: de tanto consumir productos, hemos acabado por consumir personas. Espero equivocarme sobre eso de los tres años, pero la verdad es que me parece que son necesarias grandes dosis de sabiduría budista para renunciar a cosas como la novedad sexual, concluía el autor en su comparecencia ante la prensa. La verdad es que en las primeras páginas de 13,99 euros ya definía su ideal de vida: Me gustaría dejarlo todo, largarme de aquí con mis ahorros, llevándome droga y unas putas a una mierda de isla desierta. Realmente parece un eslogan más propio de un anuncio de la 6/49 que de Halcón Viajes.
A pesar de que Beigbeder intenta aparecer como un enfant terrible, que defiende una postura posmoderna, su tesis rezuma machismo por más que la maquille con frases como tal vez el amor es demasiado subversivo. Sin embargo, es posible que se deprimiera si alguien le recordara que santo Tomás cometía el mismo error de confundir deseos con sentimientos, aunque también es cierto que no se atrevió a poner fecha de caducidad al amor como si fuera un yogur, seguramente porque entonces no los había.
Dante era quien creía que el amor mueve el sol y las estrellas y aunque esa ampliación astronómica del erotismo parece excesiva, que 700 años después Beigbeder lo compare con un mando a distancia que nos permite cambiar de pareja a discreción, no sólo resulta una semejanza poco poética, sino seguramente demasiado banal. Este tipo que se parece a Jean-Pierre Leaud en la solapa de 13,99 euros, el mismo que se ligaba a Jacqueline Bisset en La noche americana (seguramente por eso me cae fatal), no puede ir por el mundo predicando que el amor es un combate perdido porque leyéndolo uno tiene la sensación de que ni siquiera se ha puesto los guantes. Por más que asegure que el amor dura tres asaltos.
2003-06-07 19:49 Este enlace no produce el efecto deseado. No está el artículo
2003-06-07 19:55 Pues no entiendo qué te puede pasar, porque yo sí veo el artículo. Saludos, Marcos.
2003-06-07 19:57 Me temo que sí ya sé qué pasa: es un artículo recopilado por periodistadigital.com, web en la que hay que registrarse para leer los artículos. El registro es gratuito, eso sí. Un saludo, Marcos.