Hace unos días el presidente Aznar apareción indignado en televisión por la programación basura y responsabilizó directamente a los empresarios que la promueven: “Dicen los oyentes que se mostró legítimamente escandalizado y responsabilizó de la catástrofe a los empresarios y a los profesionales del periodismo que se prestan al desastre del vertedero televisivo. En resumen, que cualquiera de los escuchas hubiera podido deducir de esa diatriba que Aznar y los suyos son por completo ajenos a lo que sucede en las televisiones privadas y en las públicas de estricta obediencia a los gobiernos autonómicos del PP.” Lo dice
Miguel Ángel Aguilar en
Aznar, indignado con nosotros. Y más: en
su televisión no dan muestras de aplicar ese buen gusto; basta darse un paseo por la parrilla televisiva de TV1 para percatarse de que al mal gusto (Noche de fiesta, Parada y los mosntruos —más conocido como Cine de Barrio—, Ana y los siete, Corazón Corazón, Gente, Operación triunfo…) se suma la manipulación y la censura (El tercer grado, Telediarios, las elipsis de Línea 900 o Documentos tv…).