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La pedagogía del miedo

José María Zufiaur sostiene que los Gobiernos conservadores recurren al miedo para defender sus políticas: “miedo al paro, al derrumbe de las pensiones, a la eliminación de las prestaciones de desempleo. Miedo al no futuro para los jóvenes. Miedo como método para desequilibrar el reparto de la riqueza entre trabajo y capital. Estamos, así, pasando del bienestar al miedo”. Y ¿qué pasa si no te portas bien, si no te ajustas al patrón estándar de comportamiento? ... de cabeza al infierno!!!, o a la marginalidad del sistema. La pedagogía del miedo critica la visión catastrofista del sistema de pensiones, con una oculta intención de derivar líquido hacia los fondos de pensiones, en vez de abrir el debate social sobre el modelo de solidaridad; al fin y a la cabo eso es lo que subyace en el sistema de pensiones: la redistribución de la riqueza y recursos. ¿Tiene sentido retrasar la edad de jubilación mientras hay empleo suficiente para la gente joven, las mujeres o las personas con alguna discapacidad?. El debate está abierto, al menos en esta página.
Carmen Castro | 03/06/2003 | Artículos | Crítica social

Comentarios

  1. Marcos
    2003-06-03 18:23 No me interesa tanto el aspecto económico (por que no lo domino) como el humano: el problema de la jubilación es muy complejo. Si lo vemos desde el punto de vista de que ha aumentado la esperanza de vida y, sobre todo, la calidad, ¿no es lógica pensar en aumentar también los años de trabajo? Y estoy pensando en esto más como un premio que como un castigo: todos conocemos casos (la mayoría, creo) de ancianos o viejos que QUIEREN seguir trabajando porque no saben qué hacer en su tiempo libre: se aburren, se deprimen, enferman. Quizás hubiera que solucionar esto primero. Y sólo un apunte: el argumento de que hay que jubilar porque hay jóvenes en paro da la razón a las empresas prejubiladoras: a los cincuenta, al inserso. Saludos, Marcos.
  2. Carmen
    2003-06-03 21:31 Miremos el bosque y no las ramas para mí, el problema va sobre la redistribución de los recursos (económicos, sociales, intelectuales,...)y la posiblidad real de libre elección. Desde esa perspectiva, creo que el sistema de la seguridad social pensiones incluidas está mal pensado (desde el lado humano, claro está): – porque descansa en las cotizaciones contributivas, con lo que un buen número de personas no pueden acceder a una pensión mínima el problema es como bastante obvio a nada que analices por ejemplo la situación de la mayoría de las mujeres mayores, quienes se han pasado la mayor parte de sus vidas trabajando -contribuyendo a la sociedad pero al no haber “cotizado” se ven excluidas de la redistribución económica y social en forma de pensión de jubilación- – porque impone límites de edades -y al igual que hay mentes muy lúcidas de 68 ó más, hay personas de no más de 50, que ni que se les hubiera hecho una lobotomía – así que eso de la libre opción, como que se cuela por el retrete; – y porque desaprovecha los recursos humanos e intelectuales (conocimiento y experiencia fundamentalmente) de las personas a las que socialmente se “jubila” y que podrían y querrían seguir aportando. Siempre me han resultado de interés las experiencias de las antiguas escuelas de aprendices o de oficios, lo que combinado con los sistemas mentoring podría ser una forma viable de aprovechamiento de recursos humanos, saberes y conocimiento, sin taponar la entrada al mercado de trabajo de nuevas personas. Y volviendo a lo de la redistribución … digo yo, que como el empleo remunerado es un recurso escaso, pues estaría bien establecer otro tipo de criterios de reparto algo más equitativos, y que mejoren nuestra calidad de vida; y ya que estamos en ello, pues también estaría bien aprender a utilizar y a valorar el tiempo de ocio. Vamos, casi nada por hacer :o) Salu2
  3. Ximo
    2003-06-04 16:18 Para calidad de vida, sugiero invertir el modelo. Que la Seguridad Social me financie los estudios, digamos que hasta los 25 años, y luego diez años más para viajar, conocer mundo, aprender idiomas, oficios, etc…a los 35 estaría dispuesto a devolverle al Estado en cómodos plazos la financiación (sería más o menos la misma cantidad que pago ahora por anticipado), trabajaría en lo que realmente me gusta, y seguramente generaría a mi alrededor un entusiasmo importante por lo que hago. Digamos que entonces podría estar trabajando hasta que mi cuerpo dijera basta: 65, 75, 80 años, ¡quién sabe! Ocupado cada uno en lo que más aprecia, no se le ocurriría pensar en la jubilación. ¿Para qué? La sociedad aprovecharía al máximo esos recursos humanos e intelectuales que tira a la papelera pagando una jubilación a edad tan temprana. Y la redistribución sería universal, pues en principio alcanzaría a todo hijo de vecino, por el mero hecho de vivir en este país (algo parecido a la idea del salario mínimo de subsistencia que hace años se propuso -por cierto ¿qué se hizo de la idea?) El problema del modelo actual es que genera seres vegetativos a una edad relativamente temprana, vistos los adelantos médicos. Y muchos esperan la jubilación como una especie de liberación para hacer cosas cosas cosas…hasta que se llevan la ingrata sorpresa de no saber qué hacer, de ser usados como recaderos guarda nietos y poco menos que “sacarinos” a tiempo completo. Y si encima la palmas al poco de jubilarte…pues la has cagado. En fin, mi propuesta sería una especie de jubilación anticipada y productiva. Intuyo que generaría beneficios a largo plazo. ¿O no? Pensemos en ello. Saludos, Ximo
  4. Carmen
    2003-06-04 17:04 Yo me apunto a la propuesta de cambio de Ximo. ¿Cuándo empezamos? ;)

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