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Europa cristiana

En Europa cristiana Jaime Campmany redacta un sucinto resumen de los hechos, sucesos y pigmentaciones por las que el cristianismo es inseparable de Europa, y por extensión, de la nueva constitución europea: “Por un lado, las Cruzadas, la guerra santa, y por otro la teología. Los turcos podían escalar los muros de Bizancio, pero allí los teólogos discutían el sexo de los ángeles. A san Agustín le zumbaban las sienes con el problema del «filioque». El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que va del Uno al Otro y del Otro al Uno. ¿Tienen alma los indios? Pregúntele usted a fray Bartolomé de las Casas”. Pero, ¿que tiene que ver todo eso con que Europa sea constitucionalmente laica? Vaya a misa quien quiera, estudie la historia todo el mundo, rece el europeo a quien más adore, pero que todo eso no se oficialice, que no destienen ni uno sólo de nuestros euros a financiar, promover o amparar religión alguna.
Marcos Taracido | 03/06/2003 | Artículos | Moral y Religión

Comentarios

  1. roman
    2003-06-03 13:11 ¿qué tiene que ver su comentario con el hecho de que toda la historia de Europa tiene como referencia la religión cristiana , eso no sea reconocido como tal y se trate de olvidar?
  2. Marcos
    2003-06-03 14:36 Mucho. Tanto el artículo como mi comentario se inscriben en el debate que se está manteniendo sobre si la religión debe o no formar parte de la Constitución europea. Hay una tendencia, en la que creo que se inscribe Campmany —aunque en su artículo sólo se vea subrepticiamente— a la que le gustaría una Constitución europea no ya cristiana, sino católica. Que Europa haya sido y siga siendo en su mayor parte cristiana no significa que haya que plasmarlo de algún modo en la nueva Constitución. El cristianismo está en la raíz de la cultura en Europa, y como cultura debe seguir estando, no como religión a la que favorecer o primar sobre otras. Espero haberme explicado. Un saludo.
  3. JR
    2003-06-05 11:26 Más les valdría a los próceres de la Convención preocuparse en redactar un texto claro, alcanzable para la totalidad potencial de los europeos tanto dentro como fuera de las débiles fronteras de la Unión; una Carta Magna centrada en los problemas, derechos, inquietudes de la ciudadanía; en definitiva, una Constitución de todos y para todos que marque las pautas institucionales férreas y sólidas con que avanzaremo en el camino del progreso y la competencia con el resto de potencias mundiales. Si discutimos en el ámbito de la herencia religiosa europea, corremos el riesgo de malgastar esfuerzos que bien serían empleados en limar las numerosas discrepancias que han surgido y surgirán en torno a la distribución de competencias y la concepción del Estado Europeo. Dejemos la herencia cultural y religiosa enterrada en los libros de historia y ocupémonos de lo que de verdad nos preocupa, por favor. Un saludo.
  4. Otis B. Driftwood
    2003-06-05 11:47 Ahi, ahí, JR. No has podido ser más claro. Se olvidan de lo fundamental, de por qué queremos una Europa unida y fuerte, y se ponen a discutir sobre si son galgos o son podencos… Panda de burócratas, sólo les interesa figurar.

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