Robert Fisk está de viaje por Iraq y va registrando el descontento de la población, que no acaba de ver el final de caos y el principio de la vida civil. Los periódicos de Bagdad hablan de los beneficios que las empresas estadounidenses derivarán de la ocupación. Cada vez las cosas, en ese sentido, están más claras: “Los aeropuertos iraquíes están en subasta, la administración del puerto de Um Quasr ha sido apañada por 8.4 millones de dólares por una compañía estadunidense, uno de cuyos cabilderos fue por mera casualidad asistente de Bush hijo cuando era gobernador de Texas. Halliburton, la antigua empresa del vicepresidente Dick Cheney, tiene contratos importantes para extinguir los incendios petroleros en Irak, construir bases estadunidenses en Kuwait y transportar tanques británicos. La empresa que tiene más probabilidades de quedarse con los contratos de reconstrucción de Irak es la gigantesca corporación Bechtel, cuyo vicepresidente, el general retirado Jack Sheehan, es miembro del Consejo de Política de Defensa del presidente Bush. Se trata de la misma Bechtel que, según el informe sobre armamento que Irak presentó a Naciones Unidas antes de la guerra, el cual fue rápidamente censurado por Washington, alguna vez ayudó a Saddam a construir una planta productora de etileno, que puede usarse en la elaboración del gas mostaza.”
Irak ya no es seguro, y se va a poner peor.
2003-06-03 08:30 Para otra perspectiva de lo que está pasando en Irak, recomiendo este artículo de Mark Steyn en el daily telegraph. Come on over the water’s lovely (Filed: 01/06/2003) http://www.telegraph.co.uk/news/main.jhtml?xml=%2Fnews%2F2003%2F06%2F01%2Fwsteyn01.xml