Ricardo Piglia es uno de los escritores más interesantes de los últimos años, un verdadero detective privado de las formas narrativas. Le interesa investigar lo que está pasando hoy en la literatura, cómo se relaciona con la manera que tiene la sociedad actual de entenderse a sí misma. (Iba a decir “de entender el mundo” pero me hubiera equivocado; Michel Serres dice que a la cultura occidental no le interesa el mundo, la tierra, la naturaleza). Mauricio Montiel Figueiras entrevistó a Piglia en México, no hace mucho. Piglia: “El complot, entonces, ha sustituido a la noción trágica de destino. Recordemos que el sujeto debía leer en el oráculo el carácter cifrado de su futuro, que ya estaba predicho; la tragedia establecía un nexo entre los que conocían ese destino, los dioses que emitían mensajes oscuros, y el individuo que los interpretaba bien o mal. Me parece que hoy los dioses han sido reemplazados por el complot, es decir, hay una organización invisible que manipula la sociedad y produce efectos que el sujeto también trata de descifrar. Estos serían los dos polos de la ficción paranoica: por una parte es el estado del género policíaco; por otra, la manera en que la literatura nos dice cómo el sujeto privado lee lo político, lo social.”
De la tragedia a la conspiración.