Ana Estirado Gorría reflexiona sobre la casa construida, la casa vivida, la casa creada, la casa amada, la casa etérea. “Sobre la casa se ha dicho todo, han hablado los sociólogos, los psicólogos , los políticos, los urbanistas, los arquitectos, los poetas… Cualquier comentario sobre algo tan cercano se nos presenta como aparentemente trivial, pero es ahí donde reside el encanto y la dificultad de nuestra reflexión. Nuestro problema consiste en delimitar los campos por los que queremos que discurra nuestro pensamiento.
“Queremos ver la casa en su integridad, como seres humanos, como mujeres, como arquitectas, como madres…, como lo que en realidad somos, no con una visión exclusivamente profesional, que tan solo se correspondería con una parte de nuestra personalidad. Tratamos de ordenar ideas, buscar nexos de unión, establecer criterios de aproximación, pero ¡Qué difícil encontrar una estructura que ordene!, una forma que englobe todo ese conocimiento intuitivo que queremos expresar”.
La casa, lo intangible y lo cotidiano en el espacio doméstico habla de La Forma, La Existencia, La Belleza, La Madre y El Alma girando en torno al ser humano en un espacio común: La Casa.