La información nos atosiga. Estamos rodeados de información por todas partes y de todo tipo; contrariamente a lo que pudiésemos pensar, esa información cohabita con nosotros, nos magrea, nos viola, nos cambia.
Francisco Serradilla reflexiona sobre los
Procesadores de información, humanos y de silicio: ”¿Podrán nuevas ideas —menos ingenieriles, más científicas— sobre cómo construir programas de ordenador arrojar nueva luz sobre los programas que a los humanos nos gobiernan?
Quizá sí. Entre tanto, os sugiero que no sólo considereis la información que procesais, sino que intenteis sentir el cambio, sentir cómo la información nos cambia sutilmente, según su calidad, según su contenido. Cualquier información. En cualquier medio. A todos nosotros.”