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Mujeres como responsables de la salud familiar

Quizá resulte demasiado obvio remarcar la implicación de las mujeres en el cuidado de la salud familiar, pero coincido con Marijo Valderrama Ponce en que hacerla visible, si bien no contribuirá a cambiar la situación, sí nos permitirá reflexionar sobre ella. El mantenimiento del bienestar social de la población es posible al contar con los cuidados afectivo-familiares que tradicionalmente realizan las mujeres abuelas-madres-hijas entre los miembros de las unidades familiares. Las mujeres-cuidadoras asumen el “compromiso implícito” que la sociedad deposita en ellas, y que se traduce en una sobrecarga laboral y afectiva para la gran mayoría de mujeres. Mujeres como responsables de la salud familiar reflexiona también sobre el mecanismo de sanción cuando el mencionado “compromiso” impuesto deja de ser asumido, o es asumido de algún otro modo diferente al que familia y sociedad hayan previamente dictaminado; siendo éste uno de los pocos momentos en que se hace visible la dimensión de este trabajo, cuando surge el problema de quién y cómo realizarlo si las mujeres dejan de asumirlo de forma “natural”. La división sexual del trabajo aseguraba, en cierta medida, no cuestionar los roles de cada parte de la sociedad, hasta el punto de entender los femeninos como una prolongación más de su especifidad biológica; hoy en día este planteamiento está en cuestión por mucho motivos, ¿por qué volver a aplazar el reconocimiento del valor que para la sociedad tiene que el cuidado de la salud familiar siga siendo prestada de forma no remunerada mayoritariamente por las mujeres? si dicho trabajo tuviese que ser prestado por el sistema de sanidad-educación pública, el coste añadido a la gestión pública nos daría una idea de la importancia que tiene, ya que sería prácticamente inviable garantizar su óptima realización. ¿No lo creen así?
Carmen Castro | 04/05/2003 | Artículos | Sociedad

Comentarios

  1. Sole
    2003-05-04 14:44 Hola Carmen! He leido el artículo de Marijo Valderrama, y me ha parecido muy interesante. Creo que es necesario ese reconocimiento a las mujeres a lo largo de la historia como cuidadoras, reconocimiento social y económico, por supuesto, pero ya es hora de que sean los varones los que empiecen a conciliar, compartir, algo que es necesario para llegar al equilibrio social. Me ha gustado la parte del artículo en la que se dice que cuando se ocupa un hombre del cuidado, se ve como algo positivo y excepcional, y cuando se ocupa la mujer se ve como algo natural, sin importancia, y encima, si no se ocupa, se negativiza.Me siento totalmente identificada. Está claro que la igualdad real no existe, y nos siguen culpabilizando cuando nos salimos del modelo tradicional de mujer que tiene el cuidado de los demás como algo innato, etc,...Pues no, no es innato, es una imposición de la sociedad, un papel nada grato ni agradecido, y un papel que le corresponde también a los varones. Es necesaria la visibilización de esta labor, porque a la mayoría de las mujeres que lo han hecho y lo hacen, les debemos un RECONOCIMIENTO ya que han sido y son las grandes olvidadas, y porque quizá si estuviese más valorado, los varones comenzarian a tenerlo en cuenta en su vida cotidiana, incluso,puede ser la forma en la que empiecen a implicarse en el terreno privado. Enhorabuena por tus comentarios, un saludo.
  2. Carmen
    2003-05-05 00:00 Hola Sole, gracias por tu valoración ;) Descubrí este enlace a través de Cayetano Lupeña quien pensó -con muy buen criterio-que sería de mi interés. :o) Afortunadamente cada vez hay más varones y mujeres que se cuestionan el modelo cultural basado en la división sexual del trabajo, claro que el ritmo en que ellos lo hacen en general va mucho más despacio del que hemos seguido muchas mujeres; y probablemente ese ralentí ha estado influenciado por la invisibilidad y falta de reconocimiento social y minusvaloración económica de las tareas del cuidado y los afectos. Exigir la valoración de estas funciones, es una cuestión de justicia social, y también de desarrollo; y no sólo por lo que los gobiernos se ahorran al estar cubiertas estas funciones desde las unidades familiares -hay algunas estimaciones económicas de lo que supondría su contraprestación económica en relación al PIB, que sitúan entre un 30 y 40% la aportación, casi nada!!! -; sino también porque significa revalorizar las relaciones humanas, algo de lo más necesario en estos tiempos que vivimos. Salu2

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