Daniel Rodríguez Herrera: "Algunos juegos de ordenador también podrían tener un alto componente educativo para el que muchos, empezando por sus creadores, no pensaron. Todos ellos intentan diseñarse de modo que los primeros desafíos sean fáciles de superar y la dificultad se incremente progresivamente, convirtiéndose en un reto constante. Algunos géneros, como los juegos al estilo Warcraft, obligan a los jugadores a gestionar una serie de recursos obligándoles a combinar de forma equilibrada objetivos a corto y largo plazo. Otros obligan a resolver complejos puzzles lógicos." A mí no me interesan estos juegos, pero me doy cuenta de sus valores intelectuales positivos. Lo malo es que todavía quedan otras cosas por enseñar: una es a mirar más allá del propio entorno y hacia el mundo.
La polémica de los videojuegos.