Entré en la sección de opinión de
La Razón y, tras sobrevolar los títulos de las columnas, me decidí a leer la del casi siempre solvente y a veces brillante José Luis García Martín. Y comencé a leer: ”[...] la exhibición de ánimo festivo del presidente del Gobierno en la mañana del lunes así como su tono moderado, seguro y amable en la entrevista de la noche en Televisión Española, demostraron que lo peor ha pasado y que en las filas populares vuelve a apuntar el optimismo. En efecto, más allá del barullo callejero que ha dominado la escena pública durante la guerra de Iraq, los acontecimientos le han dado la razón al inquilino de La Moncloa. La intervención ha sido corta, el número de bajas militares y civiles extraordinariamente reducido, los campos petrolíferos están prácticamente incólumes y la población ha acogido bien a los ejércitos ocupantes, dejando muy claro que su alegría por la desaparición del régimen despótico de Sadam es superior a su contrariedad por ver tropas anglo-norteamericanas en su territorio.” Me dije entonces, ah, este GM recurriendo a la ironía salvaje y el sarcasmo: el final del artículo será un glorioso revolcón a todo lo dicho hasta ahora. Sin embargo, ya leído el final, lejos de ese revolcón me encontré con “este extraño e inconsistente híbrido [Llamazares-Zapatero] es, efectivamente, el que nos amenaza con disparar la deuda, cuartear el edificio constitucional y alejarnos del vínculo atlántico, garantía de nuestra seguridad.”. Entonces, la sospecha me iluminó y volví al inicio para confirmar quién era el autor del artículo:
¡Aleix Vidal-Quadras! Un mal clic lo tiene cualquiera.
El «llamazero»
2003-05-02 01:19 Aún me acuerdo de esos días de luna de miel entre el PP y CiU, cuando se defenestró a un antinacionalista irredento como Vidal-Quadras por resultarle excesivamente ofensivas sus ideas a Pujol. Trascendiendo su ideario personal, que a buen seguro comparte con una mayoría sustanciosa de compañeros de partido, Aleix pertenece a esa rara aunque peligrosa especie de políticos que dicen lo que piensan sin prever correctamente los efectos de su verborrea, quizá sencillamente porque les importe un pimiento. Tal como Arzálluz. Un saludo cordial.
2003-05-02 10:59 Ciertamente ese hablar desbocado se convierte en un problema cuando se convierte en hablar sin haber pensado antes. O habiendo pensado mal ;) Saludos.