“Encontré en la literatura un territorio, una geografía rexistente. Hay dos palabras muy parecidas: una es resistir; pero hay otra que es común y que tiene valor añadido, que es rexistir, y quiere decir que incluso en una situación límite, como las dictaduras o la extrema necesidad de la pobreza, posiblemente existe mejor la dignidad humana, porque es como si se construyeran nuevos espacios. Igual que hacen en las chabolas, las favelas o los ranchitos”.
Manuel Rivas conversa con
Armando G. Tejeda sobre lo que él mismo denomina
Memoria amputada, que lejos de disolverse, permanece cual herida abierta, al igual que la Guerra Civil Española y recientemente el desastre del
Presitige: “creo que hubo un instinto de supervivencia que se convirtió en demostración de inteligencia, porque ese barco que se hundió iba cargado de hidrocarburo o chapapote de muy mala calidad, pero también iba cargado de significados. Eso se convirtió en metáfora de muchísimas cosas y la primera de ellas fue una gran lección para el mundo”. En
Cinismo, ideología que impone la “usurpación de la democracia” no habla del cinismo de Diógenes, sino del que “repite sin cesar que es mejor que estés en casa, que erijas un muro muy alto y que, en definitiva, desconfíes de todo, especialmente de los jóvenes y de los parados (desempleados). O, como diríamos en un lapsus,
que te vayas cagando en tu propia fosa”.