Manuel Gil Antón describe para México problemas muy similares en la docencia universitaria a los que podemos tener en España, a saber, bajo nivel cultural de los estudiantes, falta de motivación de docentes y de alumnos, falta de apoyo de las altas instancias educativas y concepto de la docencia universitaria como un aspecto secundario, pesado y mal retribuido en comparación con el apartado investigador. ¿Soluciones?: “tenemos varias opciones: lamentar sus carencias y no cambiar nuestra forma de trabajo, reprobándolos en masa. De manera paternalista, confundir sus limitaciones escolares con la calidad de sus cerebros y aprobarlos a todos, sin esfuerzo compartido, como actitud dizque progresista. O enfrentar el reto de imaginar, y llevar a cabo, estrategias novedosas de aprendizaje para superar y resolver sus lagunas. Esta, la última, implica mucho trabajo, ensayo y corrección permanentes, trabajo entre colegas, esfuerzo de los muchachos y, como dice Eusebio, entender que en nuestro tiempo, el trabajo docente es un reto cada día, lejos del acomodo en la rutina de las viejas costumbres. ¿Serán capaces las instituciones públicas de reconocer y respaldar esta estrategia en serio?”
Los retos de la docencia universitaria.