Sergio Ramírez cree que ante lo que pasa en Cuba
No se puede callar. La posible legitimidad, dice, de una estrategia de defensa ante la amenaza de invasión se viene abajo cuando en esa estrategia se juega con vidas humanas: “No se puede guardar silencio bajo razones de alineamientos estratégicos, ese desgraciado “estás con Cuba o estás contra ella”, porque sería lo mismo que pide Bush, o con los Estados Unidos, o contra los Estados Unidos. Cuando se llega a aceptar que todo el que piensa diferente es un enemigo, y todo el que imprime una hoja volante en un mimeógrafo viejo es un delincuente, y que la falta de libertad de expresión total es el adorno de un sistema político, más bien que un defecto capital de ese sistema, porque se trata de un sistema “diferente”, se está entonces dispuesto a justificarlo todo. Esa clase de socialismo no favorece ni enaltece a los seres humanos, sino que los mutila de la cabeza.”