Para celebrar el día del Libro
José Antonio Millán escribe un artículo dónde elogio el libro electrónico como la biblioteca soñada por Borges: no sólo posibilidad de lectura para quién no tiene biblioteca personal o pública, sino modo y manera de acercarse aunque sólo sea un poco a miles de textos que de otra manera sería imposible poder leer nunca: en otros idiomas, de otras épocas, incunables, agotados, nunca editados en papel, etc, etc.: “No hay placer intelectual o servicio profesional que el lector no pueda obtener de una edición electrónica. El tacto y el aroma del papel, o la indudable comodidad de avanzar a lo largo de las seiscientas páginas de un libro bien hecho, están a favor del soporte tradicional, pero la facilidad de acceso y las herramientas de trabajo con los textos son una baza a favor del electrónico. Incluso los hallazgos casuales del mundo libresco, debidos a la contigüidad en las bibliotecas o en las páginas de una enciclopedia, palidecen ante los hallazgos que propicia el medio digital.”
Leyendo Bits.