Parece obvio que, como pide ABC en editorial, Arafat ha de ser relevado; ideologías o tendencias aparte, cuando el nivel de anquilosamiento de una situación llega a los extremos de la palestino-israelí es el momento del cambio. Quizás no sea menos cierto que ese cambio debiera producirse por ambos bandos y que la comunidad internacional tendría que exigir con la misma contundencia a ambos contendientes: “Sus acciones han hecho al electorado israelí bascular hacia lo extremo, propiciando Gobiernos de suma dureza y métodos desproporcionados como el actual de Sharón y estancando el proceso de negociación. Hoy casi nadie ve imprescindible que Arafat siga conduciendo el proceso y todos apuestan por un dirigente palestino capaz de firmar acuerdos y hacerlos cumplir, frenar al terrorismo y avanzar hacia la democracia.”
La hora del relevo de Arafat.