Luis Ángel Fernández Hermana habla de un poder cívico que debe enfrentarse al imperial, un poder en el que la capacidad de interconexión, el aprendizaje de las dobles lecturas, la autoorganización y la lucha por la libertad de expresión son sus mejores armas: “El conquistador se ha llevado a Irak a su Séptimo de Caballería para reforzar su posición de rostro pálido. Pero sigue hablando con la lengua bífida de las serpientes. La diferencia es que los indios de ahora no están confinados a planicies y bosques, están en contacto entre ellos y poseen poderosos medios de comunicación en red que les permite compartir y contrastar información, ideas y propuestas. Aunque el gran plan no toma en cuenta en ninguno de sus renglones a estos ciudadanos de nuevo cuño, sin su complicidad será cada vez más difícil ponerlo en práctica.”
Lengua de serpiente.