Ramiro Cabana azuza un poco al ente televisivo, más fantasmagórico cada vez, en todos los sentidos y de paso al mundo que ve a través de la pantalla [aclaración para no adictos a Cabana: Borja es su chucho]: “También vimos, Borja y yo, el numerito de la estatua de Saddam. Siempre nos ha gustado el cabaret, la revista, el último programa de variedades con el que La Primera intenta fructuosamente practicarnos la TEJ, supongo que para que seamos millonarios felices. En este caso un norteamericano chino encapuchó la cabeza del dictador iraquí con el trapo de guerra del Imperio, las barras y estrellas, los rayos y centellas, símbolo único de la única verdad que a partir de ahora podrá mostrar mi pantalla de plasma. Borja se acordó mucho, y me lo hizo saber, de la última escena de Cabaret, la peli de Bob Fosse, cuando el chaval sale y canta ‘El mañana me pertenece’.”
La TEJ.