Javier Cañada colecciona
Tarjetas de seguridad aérea. En un principio ustedes puede que reaccionen como yo, con sorpresa, pero después de leer su artículo entenderán que es bastante más lógica su recolección que la de los que acumulan sellos y más sellos, o bolígrafos, o vello púbico: “Con echarle un vistazo atento a una tarjeta, nos damos cuenta de que hay una jerarquía visual muy importante: unos elementos deben destacar (chalecos, cinturones, salidas…) y otros deben estar en segundo plano (maniquíes, expresiones…). Otro aspecto interesante es la relación entre abstracción y detalle, siempre difícil, y que varía según el criterio de cada diseñador. Y por último, también hay que prestar atención a las diferentes formas de usar el color, o de representar conceptos abstractos, como peligro o movimiento.”