José Luis García Martín anda por Italia y nos escribe un perfecto artículo de viajes: aquel que además de describir la ciudad, Venecia, y alabarla, se construye como un cuento, con sorpresa final e imbricación en el paisaje del viento del mundo: “En Venecia, bajas del tren o del avión y sabes que no puedes estar en ninguna otra ciudad. Te saludan el Gran Canal y la cúpula verde de San Simeon Piccolo, o te aguarda el vaporetto para llevarte a la Plaza de San Marco. Venecia, la ciudad que nunca cambia, estos días tiene un rostro distinto. Y no por los aparatosos bronces que se han apoderado, esperemos que no por mucho tiempo, de los rincones más vistosos. Detrás de uno de ellos, cerca de la Academia, un improvisado cartel decía: «Si Botero es artista, Bush es pacifista».”
La ciudad del arco iris.