“Las llamadas de los imanes a la lucha contra Estados Unidos, el Reino Unido, los sionistas y el resto de sus aliados, incluida España, son el primer aviso del fracaso de quienes han defendido la opción guerrera como método para conseguir un mundo más seguro”.
José Aranda revisa las tendencias demográficas en la zona del conflicto y reflexiona en torno a la mayor predisposición de la población que sobreviva a apoyar el fundamentalismo islámico, auspiciado por la humillación.
La proyección demográfica del odio: “A la vista de cómo va el mundo, no parece que haya mucha voluntad para, por ejemplo, apoyar el desarrollo de los países pobres, integrar a las mujeres y fomentar la educación, factores que se sabe reducen drásticamente la fecundidad”.