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Los micromachismos

“Luis Bonino Méndez, especialista en masculinidad, llama micromachismo a las prácticas de dominación masculina cotidianas e imperceptibles que se dan en el orden de lo micro”. Susi Pola desmenuza las aportaciones de Bonino identificando el tema central de su trabajo Los micromachismos se refieren a aquellas maniobras sutiles o no tanto que interviene en las relaciones interpersonales con el objeto de mantener en una situación de inferioridad a la mujer, provocando efectos dañinos en las mujeres, en las familias y en ellos mismos. Estos microabusos y microviolencias atentan contra la autonomía personal de las mujeres, en un proceso de aprendizaje social que sigue otrogando la autoridad de la razón a la figura masculina.
Carmen Castro | 03/04/2003 | Artículos | Cultura

Comentarios

  1. Luis
    2003-04-03 12:11 Del artículo, muy interesante, se deduce que los micromachismos son un comportamiento intencionado. Pero me pregunto si no serán más habituales los inconscientes, los que están provocados por la cultura dominante, los que se aprenden del entorno familiar y laboral.
  2. Marcos
    2003-04-03 12:31 Sí, muchos son inconscientes por educación “subliminal” de la que todos seguimos participando. POr ejemplo, con los juguetes que les regalamos a nuestros hijos. Sí creo que somos diferentes y que por lo tanto muchos de lso juguetes han de serlo, pero no la utilización y publicidad que se hace de ellos: por lógica física y biológica no podemos hacercarnos del mismo modo a una muñeca, pero cuando se la regalamos a una niña le estamos dando también todo lo que la sociedad le asigna: lloran, limpian, se preocupan obsesivamente por la ropa y por estar guapas, delgadas, etc, etc… y, ¿cómo luchar contra eso? Porque mi hija quiere, lógicamente, muñecas.
  3. Carmen
    2003-04-03 19:24 Creo que como tales comportamientos, la mayoría son intencionados, aunque coincido con el trasfondo de lo que decís en que no obedecen a una decision racionalizada por el efecto a conseguir, sino que frecuentemente son comportamientos que se repiten por imitación y aprendizaje implícito de la cultura dominante. Por eso, cuestan tanto de eliminar, porque forman parte del conocimiento subliminal y porque además existe una relativa aceptación social de estos comportamientos, por la tradición, el uso y la costumbre. En general, yo apuesto por las diferencias, que no por las desigualdades, y en este sentido, no veo nada malo en comprarle a una niña muñecas si le gusta jugar con ellas, siempre que además quien o quienes la educan impulsen su motivación a jugar con otros tipos de juguetes, mecanos, de lógica, creativos,... que contribuyan a despertarle otras inquietudes y destrezas; y que además fomentemos la comunicación y el razonamiento desde pronto. Yo no tengo criaturas a mi cargo, pero me molesta enormemente cuando veo que se les trata como a personas tontas o incompletas, creo que a esas tiernas edades, la permeabilidad es asombrosa, y que debería ser un buen momento de iniciar la educación social. Difícil tarea para quienes habeis asumido esa responsabilidad ;) Salu2
  4. eva-lamaga
    2003-04-04 00:05 Yo distingo cuatro actitudes básicas en hombre y mujeres: Masculinismo versus feminismo. Machismo versus hembrismo. Creo que todos debemos potenciar el masculinismo y el feminismo, pero deberíamos ser capaces de erradicar de nuestro comportamiento social a los segundos. El compartimiento del que hablas sólo denota un despreciable “micromasculinismo” en la persona que lo ejerce. Pero a mí, como mujer, todavía me preocupa una cosa más: La cantida de personas de mi mismo sexo que aún siguen explotando e incluso sintiéndose orgullosas de su “macrohembrismo” (mágnifico descubrimiento tu bitácora)
  5. Carmen
    2003-04-04 00:38 Estamos de acuerdo Eva, en cuanto a la clasificación de actitudes y en la existencia de prácticas hembristas, pero creo que su existencia no es sino el mismo reflejo de lo que sutenta la existencia de los micromachismos; y en todo caso, la proporción está completamente desequilibrada; no es debido mayoritariamente a los comportamientos hembristas que se mueren los varones a manos de sus cónyuges, sino más bien lo contrario. Pero paliar una actitud discriminatoria con otra igualmente de discriminatoria pero en sentido inverso, tampoco es la solución.

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