Enrique Badía: “El solo hecho de que adquirir una vivienda sea una auténtica tortura para el ciudadano medio debería bastar para urgir ese cambio reclamado, con datos tan lacerantes como que el 25% de las viviendas de Madrid dispongan de una superficie inferior a los 60 metros cuadrados. Pero es que, además, valdría la pena que los responsables políticos tomaran conciencia del galimatías socioeconómico que puede estar gestándose en el país.” Reformar todo lo concerniente a los alquileres, podría ser la primera medida: descuentos fiscales para las dos partes del contrato y una reformulación de la relación entre ellas. Eso podría reducir la presión sobre mercado en cuanto a compra de pisos, pero dudo que afectase negativamente al ritmo de construcción.
Maldita vivienda.