Ignacio Escolar repasa en
El fin del mundo los verosímiles y posibles fenómenos que pueden acabar con la vida en la tierra: meteoros, biotecnología, holocausto nuclear, supernovas… “En cualquier caso, ninguno de estos desastres tiene garantizado el exterminio humano. Pero, si todos los demás guiones para el fin del mundo fallan, la certeza es que la función terrestre se acabará cuando nuestra estrella, el Sol, consuma toda su energía. Afortunadamente el astro rey aún se encuentra en la mitad de su vida, por lo que podremos disfrutar (de este sistema solar) al menos unos cuantos miles de millones de años más.” Es decir, el mundo, como el hombre, tiene en su horizonte una muerte segura. Y desde un punto de vista universal, dudo mucho de que alguien se entristeciese por la desaparición de la humanidad.